Nuestra versión de los hechos...

Intravagantes es una nueva colección de Ediciones Evohé, que pretende celebrar la heterodoxia de autores, de perspectivas e ideologías, de escuelas literarias. Y también de géneros. En Intravagantes, para comprender el mundo y la existencia, mestizamos: poesía, novela, ensayo, teatro, cuento, testimonio, cómic, biografía, memorias.
En la luz y en la sombra de esta colección late nuestra versión de los hechos, porque lo que importa no es el formato sino la palabra. Y cada palabra basta para ser testimonio compartido de la búsqueda de la verdad en lo diverso, aquello que no está en ningún espacio que tengamos que esforzarnos por alcanzar, sino en nosotros mismos.
Dijo Aristóteles “la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”. Así nuestros Intravagantes despliegan muy distintas formas de expresión pero siempre contienen nuestra duda y nuestra certeza, nuestro asombro y nuestra familiaridad, nuestras preguntas y nuestras respuestas ante la dulzura del mundo y también de su amargura.
La única seña de identidad cifrada en Intravagantes es la grandeza de la diversidad humana.

lunes, 29 de abril de 2013

Intravagante Daudet en el Libertad 8

La semana pasada, en los actos del Día del Libro, Elvira Daudet, Intravagante, dio un recital junto a las magníficas Carmina Casala y Paloma Corrales en el Libertad 8.
Allí Elvira nos regaló, con su poco o mucho de veneno necesario, este poema "Envejecer a solas" de su indispensable libro "Terrenal y marina" (1999, Diputación Provincial de Cuenca, que para algo sí han valido las Diputaciones a veces). Os trascribo aquí el poema que todos de una u otra manera, antes o después, hacemos nuestro...



ENVEJECER A SOLAS

Por favor, no me dejes envejececer a solas
con el amargo fruto del árbol de tu ausencia
como única comida, llenando los pucheros,
el salón y la alcoba de vinagres y lágrimas.
Si tus ojos dejaran de mirarme
no sólo perdería la sonrisa,
en un vaivén de flores en el agua,
también el remolino tragaría
mis ojos diluidos, mis facciones,
y hasta mi identidad hecha pedazos.

Por favor, no me dejes. Envejecer a solas
me da miedo. Sin tu luz, la implacable ceguera
de la noche, donde emboscada espera
la muerte indiferente, me acabaría engullendo.
No me dejes, sol mío, cuando llegue el invierno
y la escarcha y las sombras aniden en mi mente.
No permitas, amor, que los fantasmas
llenen la casa y las alfombras. Temo
irme quedando fría con sus besos,
temblorosa y confusa hasta olvidar tu nombre.
¡Ay, amor!, olvidaba que te fuiste hace tiempo,
y que estoy, sola y vieja, con la muerte
enroscada a mis pies como un perro.

(Imagen "Habitación vacía" de Marta Muñoz en www.marmotarroja.blogspot.com)

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